20 mar 2010

WN: 31 y 19 - Cap33


Capitulo 33
 "Debia Aceptarlo"

Había sido incapaz de soportar aquel dolor, miraba el resultado aun sin entender en que momento permitió que sus ilusiones volaran, sin comprender cual fue el detonante para que ella creara castillos en el aire, que como todo lo que tenia que ver con Poncho, se termino desmoronando, derribándola…llevándola consigo, sus piernas temblaron y su cuerpo cayo, sin lagrimas… cubierto en una ausencia extraña que no le ayudaba a comprender, que no le permitía escuchar… el resultado era azul.
Era lo único que comprendía, no era el azul de la pared llena de barquitos, como recordaba cada mañana que era la decoración de la habitación de Federico, su bebe… su ilusión; zarandeo su cabeza de un lado a otro, determinada a no dejarse vencer, quería un bebe pero entendía que anhelaba aquello porque era un acercamiento sin cuestionamientos a Alfonso… quería recuperarlo, pero no se sentía lista para ello; suponía que este ya se había enterado de su infructuosa relación con Tomas, por lo cual – Y pese a negarlo – se aterraba con el pasar de las horas y, la continua ausencia de él.
-Anny ¿Dónde estas? – Escucho la voz de Dul, que gritaba desde afuera, el caminar de sus ligeros pasos, acercándose cada vez mas, su cuerpo quiso levantarse, pero algo la aferro mas al suelo, trato de componer su rostro y sonreír, en el momento exacto que ella abriera la puerta y entrara.
-Hola – Murmuro Dul al entrar, sonriente y con ese brillo que poseían sus ojos oscuros, desde hacia algunos días ya, era una experiencia única observarla, Anny se perdía cada vez en esa mirada tierna y penetrante… era perfecto todo lo que estaba viviendo y se alegraba tanto por poderlo compartir con ambos.
-Hola, ¿Cómo estuvo la elección del pastel? – La cuestiono, aun sentada en el suelo, pese a ser consciente de la mirada interrogante que la mujer le dirigía, demostrando su incuestionable confusión - ¿Cómo estuvo la elección del pastel? –Volvió a repetir la pregunta, nerviosa al notar que la mirada de Dul, ya no se dirigía a ella si no que a aquel palillo, que aun se mantenía en su mano, aferrado…
-¿Cu…cual es…- se paso la mano por la cabeza, temblando – Cual es el resultado? – Quiso saber, sonriente la volteo a mirar otra vez, Anny pudo captar la emoción que le daba el saber el resultado, su interior se movió de una forma extraña, como si de repente no estuviera completo… como si algo se hubiera esfumado de allí, quiso llorar…pero no pudo, no se lo permitió.
-Fue negativo – Respondió rápidamente, al tiempo en que su cuerpo se movía y se alejaba de allí, entro a la habitación seguida de Dul, que la observaba extrañada, sin comprender porque de repente parecía que Anny tenia que arreglar demasiadas cosas en la habitación.
-Parate de ahí – Le indico la mujer, antes de acercársele y abrazarla, creyendo que eso era realmente lo que necesitaba – Era lo mejor ¿Cierto? – Trato de confirmar con voz abatida, en cierto punto hasta ella se había hecho ilusiones, suponiendo a lo largo de ese día cual seria la mejor forma de llamarla si, tía, tía Dul o, ser lo que cada sobrina quiere, una amiga donde pueda decirle Dul.
-Si… supongo – Fue su escueta respuesta – Tengo apenas 20 años, no estoy lista para tener un bebe y, bueno no estoy casada, no seria la perfecta historia para contarle a los nietos ¿Cierto? – Quiso saber su opinión, escuchar por voz de otra persona que aquel resultado que le había dejado un sin sabor, era el perfecto para este momento de su vida.
-No lo se, yo me había hecho ilusiones… - Fue sincera sin pensarlo, se tapo su boca rápidamente al ser consciente de lo que dijo, sabiendo del dolor que podría estar sintiendo Anny, aun sin hacerlo notorio…
-Yo también – Respondió con toda la fuerza de su ser, cada palabra le dolió en el alma, pero era mejor admitirlo que guardarlo, no era pecado haber soñado con el bebe del hombre que aun amaba, no era delito añorar esa vida perfecta que alguna vez creo en sueños de niña… no, no lo era.
…Y si no lo era ¿Por qué se sentía culpable?
-Anny – Repitió por tercera vez, al no recibir respuesta por parte de ella comenzó a pasarle la mano por encima, tratando así de captar su atención – Anahi Puente, déjate de tonterías y ponme cuidado – Anny asintió, aun con su mirada perdida, ya le prestaba atención, solo quería bromear un poco con ella… - Afuera esta Alfonso y quiere hablar contigo – Murmuro despacio, previniendo cada respuesta por parte de la mujer, Anny en ese momento dejo de fingir, miles de imágenes se agolparon en su cerebro, había llegado el día… y, no estaba preparada.
-¿Qué, qué…¡Qué!? – Pregunto varias veces al tiempo, nerviosa tartamudeando… algo temblaba dentro de ella, una ansia por verlo, por sentirlo… por saber como estaba, simplemente para poder decir estas bien.
-Ahhhh, así si reaccionas – Comento con ironía, con una sonrisa sarcástica, que enfado un poco a Anny, que sin pensarlo se le tiro encima – ¡Para, para… soy Herrera, pero no mi hermano… a mi no me hagas nada! – Murmuro con burla, al notar el sonrojo del rostro de la mujer no pudo evitar reír, era tan fácil hacerla sonrojar, solo era necesario recordarle todas las cosas que hacia o hizo con él y ya un leve sonrojo se marcaba en sus pómulos, dejando intrigada a Dul que si por vergüenza o por el calor del solo recuerdo, al final ella prefirió pensar que por Vergüenza y alejar aquella imagen para siempre, de su hermano desnudo.
-¡Tonta! – La regaño Anny, luego de segundos – Para que dices que si esta, si no esta – Murmuro decepcionada al creer que de verdad Poncho estaba allí, Dul se sentó de nuevo para poderla observar bien.
-Si, Poncho si esta afuera – Le confirmo con una sonrisa comprensiva, Anny volvió a saltar encima de ella, sorprendiéndola comenzó a hacerle cosquillas, mientras la retaba por no avisarle, no estaba lista para verlo y menos para que él la viera.
-Disculpen niñas, pero las estoy esperando – Hablo una voz ronca, ambas alzaron la vista y se encontraron con el mismo hombre, varonil y sonriente… era extraño verlo, decidió admitir Anny para si misma, saber que sonreía sincero y que no era por ella, no podía negar que le molestaba, hasta cierto punto siempre espero que él estuviera sintiendo lo que ella, que el vacio en todo su ser fuera exacto… y aunque aquello la decepciono al principio, inmediatamente comprendió que era lo mejor, algo en ella se alegro por su felicidad.
-Que pena estábamos – Comenzó Anny un poco apenada.
-No, no… nada de que estábamos, TÚ estabas casi matándome – La reto Dul, sonriente acurrucándose en los brazos de su hermano que la protegía, Anny envidio no poder estar así como ella, no poder abrazarlo cuando y donde quisiera – Bueno, Ponchito dile… dile si es que eres tan valiente – Murmuro Dul, ahora se dirigía a su hermano, que la miraba con desaprobación, casi había llegado allí arrastras, solo porque a aquella pequeña mujer, no se le hacia correcto que el actuara sin decirle a Anny algo.
-¡Cállate Dulce! – Murmuro del mismo modo, que lo venia haciendo desde hacia casi 22 años,. Pues ella aseguraba que desde ella aun en el vientre de su mama, su querido hermanito la mandaba a callar, Anny observaba la escena feliz, no podía negar que volver a ser testigo de las cariñosas disputas de los hermanos, era de las cosas que mas extrañaba – Pero si, - continuo hablando el hombre – Vine a hablar contigo, ¿Te parece bien ahora? – La cuestiono con tal formalidad, que todo se descoloco en Anny, era caballeroso y decente pero odiaba que se comportara con ella de aquella forma tan fría, tan distante.
-Bueno, como dijeron por ahí – Comento Dul, mientras se soltaba de Poncho – Voy a ir a ver si ya puso la marrana – Termino por decir antes de dar media vuelta y dejarlos a ambos solos, frente a frente observando lo que tuvieron y ya no era de ellos… la brecha era gigante, pese a que la distancia física fuera tan corta, que la necesidad de tocarse – al menos por parte de Anny – aumentaba cada segundo.
-Hola  - Murmuro Anny con una voz mas ronca y coqueta, que lo que ella misma esperaba que fuera, el hombre sonrió abiertamente, demostrando que aquello ya no le afectaba.
-Hola Anny – Respondió con confianza, antes de dar un pasos mas hacia a ella, haciéndola temblar y caer decepcionada, al notar que este pasaba de largo y se sentaba en un sillón tras ella – Siéntate, necesito hablar contigo y la verdad no tengo mucho tiempo.
-Claro dime – Termino por decir al cabo de algunos segundos, su tono fue frio luego de pensarlo, supuso que era lo mejor, no había porque demostrarle a él, algo que solo ella sentía - ¿Qué te trae por aqui?
-Bueno – se movió en su propio lugar – Si te soy sincero, lo que me trajo por aquí es Dul – sonrió recordando – Pero eso no importa mucho ahora – la atajo con aquel comentario, supo en el momento exacto en el que el gesto de la mujer cambio, dispuesto a reclamarle por saber que si estaba frente a ella, no era por sus propias ganas de entablar aquella conversación – La verdad es que Dul tiene razón, tu debes saber lo que va a pasar  - Comento despacio,  poniendo muy nerviosa a Anny – Me voy Anny, me voy de México.
Ya lo había dicho, al final no había resultado tan difícil como lo pensó, como se lo imagino en su interior durante aquellos días, después de haber tomado la decisión, el gesto de Anny no le permitió saber lo que realmente ella pensaba de lo que acababa de oír, es mas ni el propio Alfonso estaba seguro, que ella lo hubiera escuchado.
-Anny yo me – Estuvo dispuesto a repetirlo, si no es porque Anny comenzó a negar con su cabeza, impidiendo que este continuara.
-No lo digas otra vez, te escuche – Le pidió con ahincó, sorprendida porque Poncho estuviera ahí, echadote sin ser consciente del dolor que eso le estaba causando, tan seguro y tranquilo… ¿Acaso ya la había olvidado? - ¿Por qué te vas?
- Pues vamos a tratar de abrir nuestra empresa en Estados Unidos y luego en España, entonces por eso me voy… me iría con Ucker, pero ya ves con todo eso de la boda, es un poco imposible que Dul le permita irse conmigo – Murmuro con una frescura increíble, encogiendo sus hombros al demostrar el fastidio que generaba viajar solo, el hecho de que su hermana manejara tan fácil a su mejor amigo.
-No, tu no te vas por eso… Poncho ¿Por qué me quieres dejar? – Dejo de demostrar apatía ante lo escuchado y de repente las palabras ya había sido habladas, la decepción y el dolor que Poncho estuviera ahí frente a ella, dañando cada cosa que ella imagino que pasaría, la mato… y lo sorprendió a él.
-No Anny… yo tengo una empresa y un trabajo, y aunque alguna vez me importo menos por tratar de estar contigo, por recuperarte – Le recordó con rabia – ahora no es así, nosotros no estamos juntos y la empresa continua, nuestras vidas continúan… - No pudo reclamarle, allí estaba frente a ella el perfectísimo Herrera, haciendo lo correcto, diciéndole las palabras justas, no escapando como ella tantas veces lo hizo, no… él no era así, él era de los que recordaban las cosas como eran y, seguían adelante ¿Cuándo ella lo haría?
El silencio se prolongo demasiado, Poncho no sabia que hacer si abrazarla o dejarla ahí, al final decidió lo ultimo, verla de aquella manera causaba estragos en su interior, sensaciones que espero no sentir… pero ahí estaban, fuertes e imparables, se levanto lentamente y al estar en el marco de la puerta se detuvo… para observarla por ultima vez.
Sus miradas se encontraron.
-Ya no estoy con Tomas – Murmuro, tratando de detenerlo.
-Lo se… pero lo nuestro tampoco esta, debemos… debemos de aceptarlo…
Debía aceptarlo.  

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