Capitulo 5
"Tengo 30, Tengo 18"
Al
regresar era completamente diferente a la mujer que había salido por aquella
puerta, ahora con unos pantalones cortos, una blusa blanca pegada y su larga
cabellera recogida le daban un toque inocente y jovial.
-
Cierra la boca Alfonso
-
No la tenia abierta – respondió de repente.
-
Lo se no te preocupes, entonces – agarro una brocha, la unto de pintura -
¿Comenzamos?
-
Claro hagámosle.
El
hizo lo mismo que Anahí había hecho y juntos comenzaron a pintar, era un poco
extraño ambos imaginaron algo diferente de pronto un poco mas de trabajo que
los distrajera por completo de la persona que tenían al lado o de pronto un
poco mas de conversación entre ambos, pero ¡YA HABÍA PASADO 1 HORA Y NINGUNO
DECÍA ALGO!
-
Tienes muchos libros – Anahí le comento cuando Alfonso volvió con un poco de
gaseosa para ambos.
-
Si, un poco
-
¿Un poco? Jajaja no seas modesto – le sonrió – realmente no te va – le saco la
lengua, Alfonso no pudo evitar reír por aquella espontánea reacción de ella -
¿Puedo verlos?
-
Claro, adelante así esperaremos mientras se seca y darle la otra pasada – ella
solo asintió.
-
Increíble tienes una amplia colección de novelas – dijo después de un rato de
estar observando.
-
Así es, si quieres que te preste alguno solo dime, ya me las he leído todas –
yo también, respondió Anahí restándole importancia.
-
¿En serio? – Pregunto asombrado.
-
Si, ¿Por qué te aterras tanto?
-
No se, es que son bastantes.
-
¿Y? tú también te las has leído.
-
Bueno si, a mi me encanta leer.
-
¿Qué te hace pensar que a mi no? – no se, de pronto estoy juzgando a la gente
joven, pero por lo general no les gusta leer exceptuando mi hermana que lee mas
que otra cosa, pero esto es por la carrera que comenzara.
-
Por lo que veo tendrás dos excepciones a mi me fascina leer, no se es como eso
de un mundo nuevo donde muchas veces te puedes refugiar o aquel lugar donde
algunas veces es bueno aprender y además puedes hacerlo, ¿Acaso me crees muy
joven? ¡¡¡No tengo 15!!! – Dijo al recordar cuando tenía 15 y muchas de sus
amigas odiaban leer, bueno aunque aun lo hacían.
-
Realmente no se, algunas veces pareces mayor y otras tan niña que tengo esa
duda ¿Qué edad tienes? – Anahí de repente se acerco a el y con un dedo de ella
presionando el pecho de él, le respondió.
-
No sabes que es de mala educación preguntarle la edad a una mujer.
El
se quedo en silencio un momento, tratando de respirar un poco, solo un momento
“¿Desde cuando una mujer me afecta tanto?” – se repetía una y otra vez, hasta
que el sonido del teléfono de la casa los interrumpió.
-
Tengo, tengo que contestar – Dijo al momento que acrecentaba la distancia entre
ellos.
-
Bueno.
-
Poncho, por fin me contestas – Dijo otra vez Ucker.
-
Ucker, acabamos de hablar ¿Para que me necesitas?
-
Uyy, pero que genio te cargas eh – Dijo un poco a la defensiva.
-
No, no es eso, discúlpame solo que me aterra que me estés llamando nuevamente.
-
Si no me hubieras colgado de esa manera hace unas horas, tal vez no lo estaría
haciendo ¿Sabes? – No estaba enojado, pero su tono lo parecía.
-
Es verdad ¿Qué paso?
-
Te quería recordar que hoy es la inauguración del Hotel “Eco” y debemos de
estar ambos, porque nuestras familias también estarán, te acordabas ¿Verdad? –
NO, CLARO QUE NO – algo en la mente de Poncho gritaba, aun así.
-
Si, obvio es a las 8 ¿verdad?
-
Es a las 9:00 Alfonso, no te voy a durar toda la vida, así que por favor
acuérdate de las cosas.
-
Si señor no se me preocupe – Su tono era de burla – Ahí estaré.
-
Y lleva a la mujer que me contesto esta mañana, no sabes realmente como deseo
conocerla – Aquel tono puso prevenido a Alfonso, el conocía muy bien a su amigo
era un conquistador profesional, igual que él.
-
Ucker – Chao, chao – fue la única respuesta que recibió Alfonso por parte de su
amigo.
El
respiro un poco antes de volver a ver a Anahí, no es que antes hubieran estado
a punto de algo, pero el estaba tan nervioso que sus movimientos y reacciones
eran torpes, aun así al estar según frente a ella, esta le daba la espalda
ensimismada en uno de sus libros.
-
¿Qué tanto ves? – le pregunto a espaldas de ella.
- Perdóname – volvió a colocar el libro de
donde lo había tomado – pero es mi escritora favorita.
-
¿Quien? – Tomo el libro - ¿Diana Palmer? – Ella asintió - es muy buena, tengo todas las novelas que
ha publicado.
-
Eso vi, es irremediable para mi ver un libro de ella y no tomarlo.
-
Pronto sacara otra novela, ¿Sabias?
-
Si, habrá primero un estreno para escritores y gente famosa o allegada a ella y
luego, un mes después para nosotros los mortales – Dijo con un deje de
tristeza, realmente amaba esa escritora y pese a que sabia que ya alguien lo
habría pirateado y lo podría encontrar en Internet, ella nunca le haría algo
asi a ella, aun sin conocerla.
-
Que bien informada, me sorprendes.
-
Te dije que me gusta.
-
Hablando de eso, estábamos en lo de tu edad ¿Me vas a contar? – se atrevió a
preguntar.
-
¿Cuántos años crees que tengo? – le impuso a el, el reto de adivinar.
-
24 – lo dijo en un susurro cargado de sentimientos y contradicciones, no sabia
que edad ponerle, pero algo en el deseaba que tuviera mas de lo que el había
dicho.
-
No y ¿Tu?
-
Entonces, ¿Cuántos tienes?
-
Respóndeme.
-
¿Cuántos crees que tengo? – le repitió su reto de adivinar la edad.
-
35 – le coloco el primer numero que se le vino a la mente, así lo veía ella,
serio, erguido, con un hablar fluido y prejuicios de viejos al pensar que la
gente joven como ella, no leía.
-
¿Tantos? – se escandalizo.
-
Yo no me puse así por la edad que me colocaste – sus brazos se cruzaron sobre
su pecho.
-
¿Entonces tienes menos? – ambos se preguntaron para luego mirarse con recelo.
-
Tengo 30 – El respondió.
-
Tengo 18 – Ella contesto.
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