3 dic 2009

WN: 30 y 18 - Cap6

Capitulo 6
"Hasta Podría Demostrárselo"

“Tengo 30, tengo 30… tiene 30 él tiene 30” no sabia por qué, pero desde que el había pronunciado aquellas palabras se sentía en el limbo, en una línea extraña donde todo esta lejano e inalcanzable, ¿Cómo era posible? “¿Por qué, por que me importa tanto eso?” era algo que también se preguntaba, de pronto era por que internamente esperaba una edad menor, la esperanza de que la edad no fuera algo que los separara “¡Pero que rayos! Eso a mi que me importa, apenas lo conozco pero… pero…” era lógico que no terminaría aquella frase, apenas lo conozco pero siento que ha estado ahí siempre, lo conozco de toda la vida y no de horas, claro que no lo haría, ni siquiera se permitiría pensarlo, ella no estaba ni para problemas amorosos, ni para ilusionarse por alguien que no conocía “¡QUE VIEJO, QUE VIEJO ESTA!” al final había gritado frente a uno de los espejos en la habitación del Hotel, “Que viejo, pero que lindo, que interesante”
- Ya – se había recriminado nuevamente, para ella nunca la edad había importado, ahora se recriminaba, se prevenía no por ella, si no por él, por su reacción, por aquella mirada tan fría y desagradable que le había brindado, por la decepción que vio en sus ojos y por el eterno silencio que le siguió a esa ni siquiera conversación.

Aun así se preparaba para una invitación que el le había dicho.

- ¿Quieres venir? – le había dicho en el Ascensor cuando estaban a punto de separarse de aquel “Extraño día”

- ¿Donde? – Hoy es la inauguración de uno de nuestros hoteles, “Eco” es el nombre y me gustaría que estuvieras, así te presento a Dul es de tu edad – había terminado la frase con aquel horrible final, pero ella no quiso demostrarle nada, no pudo hacerlo y con su frente en alto le respondió.

- Claro no me lo perdería por nada, ¡Estoy cansada de estar con viejitos! Tu entiendes – le había contestado al momento en que el ascensor abría sus puertas en el ultimo piso del hotel.

Mientras tanto Alfonso no estaba de otra forma, no podría parar de pensar en la edad de ella, “¿Por qué le doy tanta importancia?” era algo que el no entendía, ella era interesante, alegre y aunque demasiado espontánea para el gusto de el, a el eso era lo que le llama la atención de parte de ella, esa dualidad que cargaba en su forma de ser, en mirar, en sonreír.

- ¡Pero que estoy diciendo! – se reprocho al ser consciente de lo mucho que estaba al pendiente de todas las reacciones de ella.

- Es como mi hermanita, tiene su edad – de repente miro acusadoramente a su reflejo – no, no es verdad hasta su hermana era un año mayor que ella, y el  12 – se decía en tono impersonal, como si fuera su padre como si de repente frente a el no estuviera su reflejo si no su padre diciéndole, “es una niña” pero hasta él sabia que su padre le diría “Si es tu felicidad adelante”

- No se para que me preocupo por eso, por que le doy tantas vueltas, ella mismo lo dijo “Estoy cansada de estar con viejitos” ¿Viejitos? Yo no soy ningún viejito, hasta podría demostrárselo – lo grito antes de salir a su habitación en busca de Anahí, toco esta vez con más seguridad y su rostro fue un poco más relajado.

- ¡Que hermosa! – Dijo en el momento que la puerta de la habitación de Anahí le permitió ver su cuerpo.

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