Capítulo 68
"Cita- Primera Parte"
- ¡Má, Má! - Grito Anahi al entrar nuevamente a la habitacion.
- ¿Que paso? - Pregunto confundida su madre.
-¡Me invito! - Expreso emocionada.
-¿Quien? - Aun no entendia.
- ¡Poncho!, Poncho me invito a salir - Grito cada palabra mientras saltaba alrededor de su madre.
Los gritos y la emocion continuaron un rato mas, bajo el consejo de su madre habia decidido vestirse tal y como ella era sin algun vestido elegante o maquillaje excesivo que marcara mas edad de la que de verdad tenia.
- Estas muy linda mi amor - comento su madre horas despues.
- Gracias pero...
- Pero ¿Que?
- ¿No crees que es demasiado informal?
- Simplemente eres tu - le recordo su madre cariñosamente.
- Si, lo se... pero yo tambien podria ser algo mas elegante - comento un poco inconforme con la imagen que sabia que proyectarian al imaginarse a Alfonso con su traje de siempre.
- SI quieres te punes un vestido - miro el reloj - aun puedes tener - "Toc toc" - ¡Pase! - grito despues de haber sido interrumpida.
- Anny llego Poncho - Grito Dul del otro lado, decidiendo no entrar.
- Voy - grito tambien - es demasiado puntual - le comente a su madres antes de mirarse por ultima vez al espejo y salir.
¡No se habia equivocado!, alli estaba el frente a Ucker vistiendo su pantalon costoso de tela y una cama exquistamente pegada morada y aunque esta llevaba los dos potoenes superiores sueltos en vez de coraba, aun era extremandamente elegente al compararse con el hean pegado de Anny, su blusa con escote y esos comodos zapatos bajos.
Si, eran diferentes el llevaba el cabello corto finamente arreglado y Anny con extensiones juvenilmente liberado al viento, "Diferencias" que aunque tontas y presentes desde el principio, Anny comenzaba a darles importancia.
¡No se habia equivocado!, alli estaba el frente a Ucker vistiendo su pantalon costoso de tela y una cama exquistamente pegada morada y aunque esta llevaba los dos potoenes superiores sueltos en vez de coraba, aun era extremandamente elegente al compararse con el hean pegado de Anny, su blusa con escote y esos comodos zapatos bajos.
Si, eran diferentes el llevaba el cabello corto finamente arreglado y Anny con extensiones juvenilmente liberado al viento, "Diferencias" que aunque tontas y presentes desde el principio, Anny comenzaba a darles importancia.
- Hola - Sonrio rimidamente.
- Hola - Sonrio confiado.
- ¿Donde la piensas llevar, mi rey? - pregunto divertido Ucker, casi obviado que a su lado estaba Dul, su novia.
- No es asunto tuyo Ucker - grito Alfonso aun embobado con el movimiento nervioso de las manos de la mujer frente a el.
- ¿Vamos? - Pregunto timida aun, este asintio.
- ¡Portense mal! - grito Dul antes de que estos cerraran la puerta.
- Si quieres me puedo ir a cambiar - Apunto incomoda.
- ¿Por qué? - No entendia el deseo de Anny en despojarse de la ropa que llevaba, no entendia como ella no podia sentir el gusto que el mismo sentia al verla, notar como aquel old Levi's hacia sus piernas mas apetecibles y aquella blusa le diera un toque tierno por el color y casi tentador por su escote.
- Tu... yo... desentonamos mucho ¿No lo ves?
- Jajajajajaja - Rio divertido y mas aun al notar el gesto enfadado de Anny - A mi me parece que estas perfecta - murmuro cerca a ella mientras acariciaba tiernamente su mejilla - aca el que desentona soy yo, soy un tonto en la elegancia - Sonrio sin humor - Creci y se me olvido que tambien puedo vestirme de otra forma - la caricia ya era com ambas manos sintiendo un poco mas ese exquisito olor de Anny llenando todo su ser.
- Bueno - sonrio Anny - yo podria hacer que cambies eso un poco - su sonrisa fue un poco mas abierta.
- ¿Si, te atreverias? - rio Poncho acercandose mas a ella - ¿Te atreverias a cambiar la forma de vestirse de este pobre viejecito? - su tono era jocoso, bromeaba con su edad y con su forma de vestir al estar embelesado en la forma en que Anny lo miraba y sonreia al mismo tiempo.
- No estas "tan" viejo - cruzo una de sus manos por el cuello de él.
- Mmmmm - sintio la mano fria de Anny sobre su piel - pero "tan" viejo, gracias... creo - murmuro ironico.
- Jajajajaja esta bien - sonrio sincera - no estas para nada viejo - se acerco a el mucho mas cruzando la otra mano abrazandose asi fuertemente de él - es mas, para mi estas perfectamente - le dio un pequeño beso a la nariz antes de salir corriendo hacia el auto de Poncho, este un poco aturdido tambien rio detras de ella, estaba loca... pero asi fue que le empezo a gustar.
- ¿Donde me llevas? - Pregunto dentro del coche.
- Ahhh - se hizo el misterioso - es sorpresa - rio despacio.
- Nooo, yo quiero saber... POR FA POR FA - le pidio como una niña pide un dulce a su mamá, Poncho la miro embobado en un alto en el camino - ¿Que me ves? - pregunto espontanea.
- Nada, nada - de repente nervioso respondio - no te pienso decir nada, asi que mejo callate - expreso bruscamente, Anny no entendio aquel cambio pero lo acepto sin mas que decir, Poncho minutos despues y luego de ser consciente de lo grosero que habia sido estiro su mano para agarrar la mano de Anny para asi entrelazarla con la suya, esta un poco tensionada lo dejo hacer, le beso los dedos y en aquel simple acto Anny se volvio a entregar.
- Llegamos - comento Alfonso aun sin soltarla minutos despues, Anny miro por la ventanilla sin comprender donde se encontraban, estaba rodeada de arboles y el ambiente era mas fresco que lo habitual en la ciudad.
- ¿Donde estamos? - Pregunto
- Por que no bajamos y lo descubres - Le sugirio, Anny asintio rapidamente y Poncho impidiendo que esta bajara rapidamente beso nuevamente su mano y...
- Espero te guste - le susurro, Anny nerviosa esta vez pudo bajar.
Anny espectante observaba todo, embriagada en ese olor a mandera y tierra mojada, aquel aire fresco que entraba hacia sus pulmones haciendola sonreir, y sus ojos viendo un increible espectaculo de luces tanto de la maravillosa ciudad que de noche era como un espectaculo como el cielo estrellado y despejado, un privilegio que en las calles de la bullosa ciudad, no era una posibilidad percibir...
Anny espectante observaba todo, embriagada en ese olor a mandera y tierra mojada, aquel aire fresco que entraba hacia sus pulmones haciendola sonreir, y sus ojos viendo un increible espectaculo de luces tanto de la maravillosa ciudad que de noche era como un espectaculo como el cielo estrellado y despejado, un privilegio que en las calles de la bullosa ciudad, no era una posibilidad percibir...
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