17 ene 2010

WN: 30 y 18 - Cap72

Capítulo 72
"Lluvia Salada"

Daba un paso detrás de otro, caminaba en círculos por el sector sabiendo que no debía ir a ningún otro lugar, siendo consciente que irse de aquella forma, sin dinero ni forma de comunicarse, era un simple atentado contra su propio bienestar.

“Mi novio, mi novio” – repetía las palabras en su mente Anny, tenia que admitir que Karina había llegado en el momento justo, allí mientras se volvía a entregar a los labios de Poncho, mientras fallaba a su propio intento de separar las cosas, de que fueran paso a paso, ella había regresado para demostrarle lo mal que todo se encontraba.

Viendo los avisos llenos de color y luz que adornaban la oscura ciudad, Anny comenzó a sentirse en aquellas películas viejas “Blanco y negro” que maravillaban a la gente por su dramatismo y mas aun por aquella invención que hacia la música enfatizando cada momento de dolor, un suspiro mas al aire lanzaba mientras deseaba que su música de fondo fuera alguna “Abre tus brazos fuerte a la vida” y no aquella melancólica sinfonía que le dictaba su corazón.

“Lo sabias… él nunca te mintió, tiene novia y ella reclamo lo que le pertenecía” volvió a decir por enésima vez para convencerse de que ella era la única culpable, la única ciega y sorda que había preferido creer lo que le dictaba su corazón “Tonto y estúpido corazón” – le grito a su pecho mientras se daba pequeños golpes “tonto, tonto… tu eres el único culpable” – continuo con su monologo – “¿Fuerte?” – se pregunto en su fuero interno al evocar las palabras de su madre, que equivocada estaba la señora, que errada estaba al creer que su hija, la mujer que se derrumbaba bajo la misma noche estrellada que antes la había maravillado y ahora la consumía, era fuerte.

“Eres una estúpida niña… débil y crédula” – comenzó a recriminarse como si fuera otra persona, deseando realmente serlo, ser la fuerte y enérgica, como Dul tal vez…”Lo de ellos si era amor” completo en aquel discurso solo escuchado por su alma y por su moribundo corazón.

Siguió recorriendo las calles, ya podría decir de memoria lo que los letreros en cada ventanal ofrecía, pasaron minutos, largos y tediosos…

***

Aquello también lo pensaba Alfonso mientras escuchaba nuevamente el sermón de palabras que Karina le gritaba cada vez más alto.

-¿Por qué vengarte? – Volvió a preguntarle, le preguntaba mientras se acercaba mas a su cuerpo, mientras con su mirada aun enjuagada por las lagrimas le reclamaba – Pensé que me habías perdonado.

-Y lo hice – comento cansado – realmente lo hice…

-¿Entonces por qué me hiciste esto? –Pregunto ofuscada.

- Te hice ¿Que? – No entendía, para él, para Poncho todo lo que había sucedido aquella noche había sido toda una sorpresa, simplemente sintiendo cada acto.
-Besarte con una niña – le recordó – frente a todos nuestros amigos – sonrió irónica – entiendo si fue una venganza, entiendo que hayas querido vengar el hecho de que yo te haya hecho lo mismo – enojado por el recuerdo que le implanto la interrumpió.
-Te perdone Karina – grito fuerte – para mi no fue nada, ni aquella vez… ni ahora.
-¿Por qué me terminaste? – Quiso saber
-Porque pese a que no me haya importado – comenzó sereno – simplemente no podría tener a una – la miro de arriba a abajo, mientras trataba de encontrar la palabra precisa para describirla sin ofenderla.
-Dime! – le exigió entre gritos – es lo único que te falta por hacer, es lo único que te falta herrera, dices palabras cuando tenemos sexo – recalco – te besas con una niña frente a tus amigos y ahora ¿que? – Lo empujo – Dirás que soy una perra cuando tu y tu amiguita son peor.
-No trates asi a Anny – le grito mientras apretaba sus brazos fuertemente, la fuerza y el impulso que lo llevo a hacer aquello asusto de una manera sorprendente a Karina, que con sus ojos abiertos y su garganta cerca sollozo de terror.
-¡Eres un animal! – Grito Rodrigo que se volvió a acercar a ellos, el único ya presente en la discusión - ¡Tú no te metas! – lo atajo Poncho antes de que se acercara mas, aquel desvió de atención tranquilizo un poco a  Poncho.
-Discúlpame – le pidió sincero a Karina, la cual se frotaba sus brazos un poco asustada aun.
-¿Qué te esta pasando?

***

Fue la misma pregunta que Anny comenzó a hacerse mientras volvía a cruzar aquella ya aburrida calle, “Si el lo hizo, si el se acerco a mi” – trato de excusarlo a el y excusar su propia reacción  -“Es por algo…la forma en que me beso” – tocos sus labios instintivamente, volvió a bajar la acera, volvió a subir la siguiente y resignada por no sentir que el aire la calmaba, decidió emprender el camino de regreso…
“Busca a el amor” fue el aviso que daño la monotonía del lugar, aturdida se detuvo ante ese escaparate lleno de las tonalidades del rojo combinado con el negro, mostrando diferentes diseños y una cara un poco morbosa como promesa de algo mejor detrás de la mampara.
“¿Buscarlo?” – se pregunto cuando varias imágenes llenaron  su mente, recordándole tal vez aquellos pocos momentos que habían vivido “Intenso…” fue el único adjetivo que Anny decidió al final escoger para describir lo que habían vivido “Arriba… abajo… pero…” – quería decirlo, expresarlo, tal vez darle frente a todas aquellas cosas que necesitaba sentir, porque realmente era una necesidad… necesidad de verlo a los ojos y poderlo sentir propio, de no creer que se iría… que era de otra, que era de ella… la necesidad poder abrazarlo y besarlo como realmente su cuerpo quería reaccionar cuando lo veía, siempre y cada vez, como si fuera aquella primera y extra vez que vio sus ojos.
“Que mas me podría pasar” – pregunto cuando ya estaba cerca del lugar donde dejaron el automóvil, su escaso maquillaje estaba corrido, sus ojos irritados y su cuerpo tan cansado como su alma… “¿Qué mas me podría pasar?” pregunto nuevamente cuando al bajar nuevamente la ultima acera su pie se troncho… “¿Qué mas… que mas?” grito ofuscada al cielo antes de que este le respondiera con un estruendoso trueno.

***

Parecían conectarse en lo que pensaban, podría decir cualquiera que estuviera presente en ambas situaciones, Poncho acababa de exclamarle también al cielo “¿Qué mas me podría pasar?” cuando Karina se había tirado a su pecho llorando luego de…
-No me esta pasando nada – le aclaro – cometi un error – comenzó a ser sincero – mi error fue volver contigo Karina, tu… - la señalo desganado – y yo, no tenemos futuro, ambos lo sabemos.
-Lo sabrás tu tal vez – declaro con suficiencia – yo creí, te juro que creí que éramos la pareja perfecta.
-No creo como podrías
-¿No te gusto? – Se acerco nuevamente a él, con aire seductor daba un paso tras otro - ¿No quieres sentir mi piel? – pregunto con ira al tomar una mano de Poncho e intentar posarla sobre su cuerpo.
-No, no… - se aparto bruscamente – no eres la mujer para mi.
-¿Acaso es ella? – Pregunto exasperada
-No lo se – suspiro – pero quiero descubrir si es ella, antes de confirmar que no eres tu – sus palabras sinceras, fueron dagas afiladas que atravesaron el corazón de Karina, cansada por la situación y la humillación se recostó sobre Poncho dejando salir todo el dolor que de repente sentía, dolor, odio y una profunda vergüenza.
-Debo irme – trato de explicarla al separarla de su cuerpo, cordial con la mirada trato de pedirle su consentimiento.
-Vete Herrera, vete… - grito con odio, antes de salir corriendo hacia los baños, hastiada con su forma de ser,  con sus actos, con aquellos que la habían hecho perder a Alfonso, al único hombre que alguna vez amo.

***

Su cuerpo estaba empapado, su blusa y su pantalón se pegaban más a su cuerpo, cada gota de agua era más fuerte que el anterior, las estrellas de antes se habían escondido entre las oscuras nubes… dejando solo a los relámpagos como juegos artificiales iluminar la noche.
Cada gota de agua, cada lagrima del alma, se mezclaban en una sola… en la soledad de la calle, apoyada en el auto supo que cometía un error, un error grande al seguir esperando…
-Anny – Dijo alguien a unos metros cuando por fin la encontró, corrió rápido aun pese al cansancio.
- Anny – repitió ya a su lado, repitió una y otra vez mientras trataba de tomarla en brazos, cuando Anny dejo de desistir, apoyada en su pecho fuerte sintió los movimientos de su pecho y los sollozos de sus labios que le indicaban ella lloraba.
-Anny… - levanto su rostro - ¡No! ¡No, todo esta bien…! – Trato de que ella abriera sus ojos - ¡Mírame, mírame! – le exigió
-Todo va ir bien...

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