Capítulo 79
"¿Traición?"
Caminaba despacio pese a la furia que sentía correr por sus venas, NUNCA había sido el hermano celoso que apartaba a los hombres que entraba a la vida de su hermana, no, definitivamente él no era asi, siempre había tomado la actitud de “Prefiero ganar otro hermano, que perder a mi hermana por celos” y Dulce lo había amado por eso, tal vez mucho mas de lo que había amado a sus parejas del momento y por esa razón Poncho no se había preocupado.
Descubrió el amor que su amigo sentía por su hermana, una vez donde Chris y Ucker lo habían creído dormido y comenzaron a hablar de Dulce como si él no existiera, las palabras delicadamente escogidas por parte de los labios de Ucker le hicieron entender que nunca le haría nada malo a su hermana y eso lo tranquilizo, eso y bueno, también el hecho de que Chris lo había convencido de alejarse de ella si no estaba completamente seguro de que esa relación llegaría a algo mas, él -Chris- siempre había sido el otro guardaespaldas de la pequeña Herrera, el monstro en la empresa y la risa en la casa, la amaban realmente.
Y cuando los reunieron en el apartamento de ellas, no fue hipócrita al abrazarlos y desearles lo mejor, no lo fue en ese momento y no pretendía hacerlo ahora, conocía tan bien las mañas de su amigo, él, Chris y Ucker las habían perfeccionado con los años, luego de haber sido cada uno rechazado por alguna mujer cuando apenas comenzaban a descubrir los misterios de las diferencias entre géneros, desde ese momento se convirtieron en el terror de los hombres y la tentación de las mujeres… Y Ucker siempre había sido de los que ganaba muchas mujeres, “Esa carita de bebe me trae loca”- recordó la frase de cada chica con la que Ucker estuvo, con aquellas que dejaba al otro día y pese a eso lo seguía queriendo… ¿Lo podían culpar por tener miedo de ver a Dulce de la mima forma?
-Mi hermanita – murmuro cansado al sentarse en ese frondoso pastizal, las imágenes de recuerdos inundaron su cabeza y se odio por cada una de ellas, eran pequeños, los tres… y ellos dos “Ucker y Poncho…Batman y Robín” habían defendido siempre a la pequeña niña que los perseguía a todo lado, algunas veces Poncho hubiera querido apartarse de su hermana, poder estar solo entre hombres, pero Ucker siempre lo detenía, la tomaba en brazos y le repetía que ella no molestaba…
Asi cada imagen fue llegando, siempre los tres juntos… con el paso del tiempo se fueron uniendo Chris y Mai, pero nunca fue un estorbo su pequeña hermana Ucker siempre la defendía, la protegía y algunas veces cuando solo deseaban estar “Los Grandes” Ucker había decidido marcharse con ella…”¡Por Dios desde hace cuanto estaba Ucker enamorado de Dulce!” cayo en cuenta en el momento, se recostó para ver al cielo y al cerrar los ojos por volver a ver la manera en que su amigo tocaba a su hermana, se asusto por no quitarla… por no poder borrarla y llenarse de mas ira y rabia… “¿Quién eres para meterte entre ellos?” – se recrimino fuertemente, la ira estaba tan dividida, entre ellos por la imagen y entre él por la estúpida forma en que se había comportado.
Volteo a mirar a su lado con el ansia casi desbordada por encontrar a alguien que le brindara una mano, su abrazo, su par de ojos azules… “¡Anny!” – exclamo al mundo, completamente abierto que lo escuchaba y que al mismo tiempo lo ignoraba…
***
Anny a diferencia de Poncho, corrió detrás de él, tal vez unos segundos un poco tarde y por eso simplemente no lo encontraba, la impotencia que sentía en sus manos era mayor de la que alguna vez había sentido, quería abrazarlo y esperar a que el descargara todo aquello que tenia en el pecho, que le gritara si fuera necesario por haberle ocultado algo, creía que aguantaría todo porque sabia que lo único que necesitaba ella en ese momento era a él, saber que estaba completamente bien… que pese a la rabia que ella podría jurar sentia no era solo por ellos si no por su propia reacción, el se podría levantar y dar la cara como siempre lo había hecho.
“¿Dónde estas Herrera?” – angustiada le grito al cielo en ese abismo al que sin pensarlo había llegado, cerro los ojos fuertemente tratando de encontrar ese lugar hacia donde debía dirigirse… bajo su rostro y al abrir los ojos allí estaba él, recostado en el pastizal mirando hacia a un lado y estirando su brazo como en el intento de tocar a alguien… “¿Qué haces loco?” – susurro creyendo que él la escucharía… necesitaba estar frente a él, pese a que sabría que la conversación que tendrían no seria “Graciosa” como la de los últimos días o “Tensamente tierna” como aquella noche…
***
-No te pudiste ir a un lugar mas apartado – lo cuestiono al sentarse a su lado, el abrió los ojos rápidamente para poder constatar que Anny estaba a su lado, los volvió a cerrar recordando que ella no conocía tal lugar, que los únicos que habían llegado a revolcarse hasta que sus ropas se llenaran de mugre, habían sido él sus amigos y su pequeña hermana, pero aun asi estaba ahí… con él.-¿Cómo llegaste hasta acá? – Pregunto serio sin tan si quiera hacer el intento de acercarla hacia él, desilusionada por haber creido que cuando él estiraba su brazo la buscaba a ella, se acerco a él... tomo su mano delicadamente recibiendo el brusco alejamiento de él.
-Simplemente necesitaba estar contigo… y te encontré – sonrió encantadoramente tratando de aligerar la tensión que había entre ellos, pese a ese brillo que Poncho pudo ver en las facciones de Anny, no pudo ni quiso quitar la brusquedad que demostraba su mirada.
-Ah – fue la escasa respuesta de él.
-¿Estas bien? – se atrevió a preguntar luego de esperar algunos segundos y entender que él no diría nada mas.
-¿Cómo pretendes que este? – le contesto con mas brusquedad que la que realmente quería inyectarle.
Anny en silencio lo observo, acerco nuevamente su mano a la de él, y mas rápida que este la tomo antes de que la apartara – “Espera” – le susurro cuando el intento apartarla nuevamente, Anny se acerco a él un poco mas para poder asi apretar su mano con mas intensidad, necesitaba que él entendiera que ella estaba ahí, que… bueno que nunca quiso fallarle, porque sabia perfectamente que eso era lo que él creía…
-¿No te da vergüenza estar aquí como si nada? – Pregunto de repente con más decepción que ira en su tono, se sentó para poder estar frente a ella, hizo todo esto mientras le devolvía el apretón en la suave mano a ella, esta vez reteniendo la repentina reacción de ella de soltar su mano- ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué permitiste que la viera… que los viera? – una pregunta tras otra, más angustia en sus ojos, más decepción en la manera en que se expresaba.
-Yo… - trato de responder.
-¿Tu que Anahi? –Realmente no era que tuvieran una forma especial de tratarse, que tal vez nunca hubieran dicho sus nombres completos… hasta algunas veces jugaban pronunciando sus nombres completos para crear limites que deseaban romper, pero ahora, cuando los ojos parecían inyectados por sangre de la bronca que traía adentro él, ella supo que todo se volvería a acabar…
-Soy amiga de ellos también – fue la única explicación que tenia, sincera y real para él, Alfonso se levanto rápidamente un poco ofuscado por la respuesta… porque simplemente aquello era verdad.
-¿Te consideras mi amiga? – Le pregunto cuando se arrodillo frente a ella e imponerse - ¿Crees que solo somos amigos?
-No… bueno, tal vez no solo somos amigos… - intento defenderse.
-Exactamente, no solo somos amigos… entre nosotros no hay una amistad, hay algo mas, puro y sincero – las palabras eran tan tiernas pero su gesto estaba lleno de un sentimiento tan contrario, que aunque ella quiso, no se permitió suspirar.
-Poncho – susurro despacio – yo se, se todo lo que nos sucede… lo que comenzamos a sentir – tomo el rostro de él delicadamente – pero no por eso voy a traicionarlos…
***
-Entiéndeme Dul – le pedía Ucker al tomar el picaporte de la puerta completamente dispuesto a salir de allí – no quiero que se sienta traicionado… no puedo – le repetía nuevamente mientras en su interior algo se rompía, se quebraba… gritaba de dolor, maldita sea si Poncho fuera mujer sabría que lo amaría de la misma forma que a Dul.
-¡Ucker! – Nuevamente lo atajo - ¿Estas consciente de que no hicimos nada malo? ¿Qué no lo estamos traicionando? – pregunto angustiada al notar el dolor que había en los ojos de él y no propiamente por el golpe recibido - ¡Es que Ucker, es mi hermano… no mi padre! – le grito al notar la determinación del hombre.
-Como si lo fuera Dul, si tu no eres capaz de ver lo mucho que él te ama… y lo preocupado que siempre ha estado por ti – comenzó a decirle en ese tono que demostraba ser mayor, le hablaba como si de una niña se tratara y todo hubiera que explicarlo mas de una vez – y si no eres capaz de verlo asi es porque… - no termino de hablar.
-¡Esta bien, esta bien! – Le concedió sabiendo que si este terminaba aquella frase la conversación entre ellos terminaría en pelea también – vamos a hablar con él – sentencio.
-No, no… esta enojado… si vamos juntos será peor.
-Tienes razón… - aparto la mano de Ucker del picaporte para ahora tomarlo ella y sin que este dijera tan siquiera algo, salir corriendo de ahí… sabiendo perfectamente donde se encontraba él.
***
-Es mas – le rectifico cuando Poncho se alejo de ella nuevamente – no es traición aquello…Alfonso no son unos niños.
-Dulce si, Dulce María si – Le respondió sin voltear a verla, Anny decidida se levanto para luego dirigirse hacia él… no sabia como pero trataría de calmarlo.
-No Poncho, Dulce no es una niña, es una mujer sabe lo que quiere y va por ella… - le dio la vuelta al cuerpo estático de Herrera para poder estar frente a frente – debes aceptarlo, tu hermanita ya no es la bebe que fue – le aclaro con ganas.
-Lo es… - la miro a los ojos con algunas lagrimas – le lleva 11 años, ¿Sabes lo que es eso? – pregunto, Anny asintió levemente… “Es un poco tonto” – murmuro para si antes de hablar.
-Herrera, tu me llevas 11 años también, es mas… - lo obligo a mirarla directamente a los ojos – me llevas mas meses que los que Ucker a ella… - defendería la relación de ellos pese a que sabia perfectamente que recordarle a Poncho que ellos estaban en la misma situación no era la mejor forma para calmar las aguas y que ellos mismos siguieran bien.
-No es lo mismo – escupió cada palabra hastiado porque ella, la mujer de sus ojos profundamente azules, no lo entendiera.
-¿Por qué no lo es?
-Yo no estoy metiendo mis manos en lugares indebidos…
-Jajaja – se rio en su cara lo cual tensiono aun mas el cuerpo de Poncho – Alfonso, nuestra relación no se puede comparar con la de ellos, al menos no en ese punto… nosotros nos estamos conociendo en otro…
-No me lo tienes que recordar – sentencio antes de interrumpirla – se lo que somos y desde hace un momento se lo que ellos son…
-¿Entonces por qué no lo puedes entender?
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