Capítulo 82
Primera parte -"Popular"
La noche estaba completamente estrellada, y a diferencia de la ciudad no tuvieron que ir hacia algún lugar despejado para lograr verlas, el ambiente era cálido pese a la hora… el olaje del mar era tan constante y su sonido cuando chocaba con la orilla formaba el perfecto compas de fondo para la caminata que ambos compartían lentamente.
-Estas temblando – menciono Poncho cuando luego de largos y pausados segundos tomo la mano fría de Anny.
-Debe de ser el frio – murmuro rápidamente sin voltear a verlo, Poncho freno su paso para poder verla a los ojos, Anny contrariada se detuvo también - ¿Qué pasa?
-Anny, no esta haciendo frio… ¿Qué pasa? – la cuestiono tiernamente, tomo sus brazos en un apretón fraternal intentando transmitirle toda la confianza posible, la necesaria para que ella lo volteara a ver y le dijera todo…
-Estoy un poco nerviosa – dijo rápidamente atropellando las palabras unas con otras, Poncho no evito su sonrisa burlona antes de tomar su barbilla y obligarla a que esta lo volteara a ver.
-¿Por qué, por que lo estas? – Pregunto un poco nervioso también, los ojos de Anny estaban llenos de palabras incomprensibles para él y podría hasta jurar que para ella misma.
-Por, por estar contigo… es una cita ¿cierto? – Cuestiono más que con sus palabras con la forma en que lo volteo a ver… “¿Por qué lo duda?” – se cuestiono él mismo al notar todas aquellas preguntas que estaban tatuadas en los gestos de la mujer.
-Es una cita… - paso un poco entumida por la tensión su mano por la cabeza de él, fuertemente y con ganas, quitarse la mirada angustiada de Anny de su cabeza - ¿Por qué lo dudas…no quieres estar acá? – Pregunto – Porque si no quieres, yo te entiendo – tomo las manos de ella nuevamente – realmente lo hago… no te quiero forzar a nada, bueno yo… - suspiro desilusionado.
-Detente Poncho… no pasa nada de eso – le acaricio el rostro lentamente, su caricia fue tan suave casi como una brisa constante, tan diferente a la brusquedad con la que él mismo había acariciado su cara.
-¿Entonces…Que pasa?
-Es la primera cita que los dos… bueno, ambos estamos disponibles – le dijo sincera y aunque apenada trato de sonreír, Poncho sin poderlo evitar rio fuertemente, aquella Anny le fascinaba tanto, su nerviosismo, su inocencia y esa insistencia por la que todo se hablara era digno de una mujer que apenas estaba descubriendo los placeres de ser todo un tormento en las citas, pero realmente amaba poder estar con ella en este inicio, adoraba poder tener la oportunidad de murmurarle a su oído cada palabra que ella deseara escuchar y dejar de lado, aquello que las mujeres de ahora usaban mas… esas frases un poco abiertas para la interpretación personal – No te rías - le exigió un poco enojada por la burla en él, mientras ella deseaba esconder su cabeza en la arena y dejar de escucharlo.
-No Anny, no me rio – la abrazo fuertemente – es que… - se rio nuevamente – ¡ME FASCINAS! – comenzó a darle vueltas en el aire lo que ocasiono la risa sincera de esta.
-Bájame Poncho, no querrás que nos pase lo de la otra vez – le recordó cuando puso sus pies en el suelo.
-No, no… - le aseguro con la mirada – tengo un mal recuerdo de ti y tus ganas de haces pee – se rio por tal - ¿Acaso tu no?
-Ni me lo recuerdes… - le palmeo el hombro – definitivamente tenias muy mal gusto – retomo nuevamente el camino hacia al restaurante donde cenarían.
-Déjame decirte que tu entras en lo de mi “Mal gusto” – se quejo cuando al alcanzo, Anny lo volteo a mirar mientras una sonrisa de superioridad surcaba sus labios.
-Corazón – le dijo acercándose a él peligrosamente – dije tenias, ahora – paso su nariz por la de él en un movimiento lento y cadencioso – tienes muy, muy pero muy buen gusto – le beso la punta de la nariz antes de reír y dar los últimos pasos hacia la entrada al restaurante.
-Cuando estén listos, llámenme – le indico el dueño del restaurante y amigo de Poncho antes de retirarse.
-Que conocido eres Herrera – le comento con humor cuando el señor se hubo alejado – me siento, como si estuviera junto a un cantante famoso o asi – termino con una risa irónica.
-No digas tonterías Anahi, solo porque me hayan saludado un par de personas – cinco – refuto Anny con humor.
-Cinco personas y todas de diferente mesa… - Poncho le tomo la mano por encima de la mesa.
-Si, bueno… - de repente incomodo – ya no hay nadie mas que nos interrumpa, te lo aseguro – dijo con convicción y una sonrisa tan sincera que Anny solo pudo asentir convencida que asi seria, sus manos juguetearon un poco por encima de la mesa sin pensar un poco en que debían de escoger que cenarían.
“Hola Herrera” – distraídos como estaban nadie se dio cuenta de la mujer pequeña que se había acercado a ellos y ahora murmuraba a espaldas de Poncho y cerca a su oreja un saludo en un tono tan sensual que Anny casi lo odio.
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