Capitulo 23
"Un Minuto es amor, al otro no"
El mundo es una rueda, extraña e imparable; algunas veces te cansa por su lentitud, por el dolor causado de aquellos momentos que no pasan rápido y, en vez de eso, se penetran en todo tu ser, luego encontramos el contraste y es allí cuando te maravillas por la rapidez del momento, como aquellos días se deslizan entre tus manos, como si fueran agua… Sin tiempo para maravillarse con el paisaje que se logra divisar por la ventanilla del auto, o por el ventanal del hogar… el mundo logra darte todo lo que quieres, solo que en el momento exacto que el cree que lo mereces… “TU TE CANSAS DE ESPERAR”
Necesitas correr y que los días lo hagan contigo, hacer de todo al tiempo que no haces nada, con el único fin de que tu alma se canse, que tu cuerpo exhausto se rinda para asi, cuando la noche llega, con aquellas estrellas sin brillo para ti, tu puedas dormir, olvidar… hasta el siguiente día… ¿Es eso mucho pedir?, ¿Es absurdo añorar que por solo 8 horas, puedas borrar a aquella persona de tu ser? De aquel ser que se aferra a no olvidarlo
Cuando lo que mas quieres hacer, se convierte en tu peor enemigo; al penetrarte en esa promesa de que supuestamente te llevaran al lugar perfecto, cubierto de sueños color rosa, de paredes de chocolate y al final del lugar, la paz exacta que necesitas en tu vida; ¿Pero, que hay cuando todo se transforma? Cuando buscas el dormir, para olvidar… cuando anhelas que tus sueños te muestren otra realidad a la que vives…
¿Qué pasa cuando simplemente deseas ser otra?
¿Qué pasa cuando simplemente deseas ser el único para ella?
El mundo es una rueda, y él odiaba saber que su mundo de ella, seguía rodando sin él, algunas veces se paraba frente al ventanal de su oficina, esperanzado por verla salir, riendo y alegre… tal y como él la había conocido, pasar las mañana con el absorbente anhelo de verla pasar y que ella, lo volteara a ver, sin saber propiamente que él se encontraba mirándola…se convertida en una burla de su esencia, un hombre si objetivo… un completo estúpido que se olvidaba de ser hombre, queriendo solo ser su hombre.
Perdido en el recuerdo del beso del hospital, decidía quedarse siempre… cada minuto de los días que le siguieron, se lastimaba y hasta en cierto punto, se engañaba sin éxito pero empecinado insistía en creer que al abrir los ojos nuevamente, todo será como sus sueños se lo mostraban… al menos, la mayoría del tiempo; quería olvidar aquellas noches donde todo se tornaba oscuro y real, cuando en aquellas horas volvía a ver los ojos llorosos de Anny, gritándole Te amo, pero no puedo…
El momento no llego pronto, derrumbándose algunos días, logro captar como Anahi, salía sonriente y alegre, tal y como él la había conocido… para encontrarse con él, con aquel hombre que la hacia reír en una tonalidad diferente, con un brillo extraño…
Apretando con fuerza sus puños, decidía ser testigo de una nueva batalla, en un campo en el cual no estaba invitado.
***
La tarde era hermosa, ella no se atrevería a negarlo nunca, por primera vez en varios días, al despertarse y mirar el cielo encontró aquella paz que necesitaba en su día, pese a que sabría que al salir de su habitación se encontraría con la misma guerra silenciosa, con Dul.
Estaba realmente hastiada por la situación, amaba a Dul… le debía tantas cosas, la quería por tantas otras, pero no estaba dispuesta a aguantarse nada de lo que ella la hacia vivir, sus miradas frías; aquellos comentarios sarcásticos y, sobre todo lo que generaba en ella, que sin saberlo comenzaba a preferir alejarse de su amiga… olvidándola para todas las cosas y, encerrándose en los brazos de Tomas.
En su alegría, en sus comentarios… pero, sobre todo en el cariño palpable en su mirada y naciente, en su propio corazón.
Era un excelente hombre con miles de defectos, se reía cada vez que pensaba en él, si, realmente no era lo que buscaba como hombre de su vida, hablaba mucho y aun, los momentos en silencio se tornaban incómodos y no íntimos, pero se repetía que aquello podría cambiar, la miraba con un cariño que la avergonzaba hasta el punto de no sentirse merecedora de tal… pero persistía en que todo cambiaria con el tiempo, con la costumbre.
Conocía la exacta razón para que todo aquello ocurriera, para que en aquellos momentos de silencio o algarabía, la mirada de ambos mostraron diferentes emociones, debió aceptar aquello un par de semanas atrás, cuando lo denomino amigo… en su primer intento por besarla…
-Por fin saliste – Comento alegre Tomas, que la esperaba a la salida del Edificio “Uckerrera”, no llevaba mas de cinco minutos esperándola, pero cada uno de ellos aumentaba su ansiedad por verla una vez mas y mas… la quería, de una forma extraña pero real.
-Ya ves, a uno que le toca trabajar – Murmuro a modo de saludo, haciendo su contestación un poco dramática, ambos se rieron luego de besar tímidamente sus respectivas mejillas.
-Claro… señorita Puente, pobre de tu persona – Comenzó a sacar su billetera, para darle aquel toque real al dramatismo impuesto por los dos – Te doy un poco dinero, para el almuerzo – Termino mientras le entregaba un billete a Anny, este lo tomo y mirándolo de una forma diferente, se fue acercando… con experiencia, lo miro a los ojos, de una forma nada sutil y completamente embaucadle, comenzó acariciarle los brazos, despistándolo de su verdadera acción y cuando estaba este abriendo sus labios para emitir una exclamación de sorpresa por la caricia que Anny, le propinaba en su abdomen… ella introdujo el billete en su boca.
Las reacciones fueron contrarias, Anny no paro de reír por algunos minutos y, Tomas aunque enojado y sorprendido, sonrió… no por la gracia que le encontrara, si no por lo absorto que lo tenia las constantes carcajadas de la mujer, frescas y genuinas.
-Si no te dejas de burlar de mi – Le indico, mientras que con su jugueton dedo, apretó la punta de la nariz de Anny – No te llevare a comer – Anny hizo un mohín… - Y se que tienes hambre – Sonrió ganador, la mujer encogió sus hombros restándole importancia, para luego… al ver que el hombre persistía en su posición, sonreírle y abrazarlo.
-Ya no me burlo – Levanto su mano – Lo prometo – Murmuro en aquel tono aniñado que ella manejaba cada vez que pretendía convencer a alguien, de algo.
-Jajaja – Se burlo – Lo que haces para que te alimenten – Continuo con sus burlas, esta vez imprimiéndole algún tono de fingido enojo, que sorprendió a Anny, golpeando su pecho protesto.
-Tu feliz, porque te doy la oportunidad de alimentarme – Continuo, el hombre dejo de sonreír por las palabras dichas por la mujer, su cuerpo grito en todos los idiomas que si y, aunque sus labios también quisieron expresarlo… supo que ella no estaba lista para escucharlo.
Pero su cuerpo, no decidió escucharlo… cuando lo pensó dio un paso hacia a ella, que sorprendida se quedo de pie frente a él, no supo reaccionar pero, aun asi sabia que estaba preparada para correr si este intentaba pasarse de la línea, aquella invisible pero existente, la abrazo tiernamente por la cintura y aunque, reticente ella se dejo acercar a su pecho, levanto una de sus manos para acariciar la mejilla de Anny, esta se relajo… creyendo que este no intentaría algo mas que un encuentro amistoso.
-Se que me voy a equivocar pero… - Murmuro sobre sus labios, aun sin rosarlos… Aquellas palabras atrajeron la atención de Anny, haciendo que se olvidara por solo instante de las maniobras del hombre…
-¡Que hiciste! – Exclamo estupefacta, al recibir un casto beso en sus labios, Tomas se sonrojo… pero sin arrepentimiento le sonrió – Tomas ¿Por qué me besaste? – Lo cuestiono, un poco enojada.
-Ni alcance hacerlo – Se excuso infantil – Te corriste muy rápido – Trato de manejar la conversación por ahí, alguna broma o comentario, que bajara la tensión… el gesto aun indignado de Anny, le indico que no seria tan fácil – No te pongas asi Anny, lo siento.
-No lo dices en serio… - Suspiro – No me enojo – Se acerco a él, apoyando sus manos sobre sus anchos hombros y atrayendo la atención del hombre – Pero no quiero que las cosas se vayan por otro lado… ¿Lo entiendes? Somos amigos – continuo sin tregua, Tomas comenzó asentir – Yo aun… aun no estoy lista, tu lo sabes bien – le recordó, mientras causaba una sonrisa esperanzadora en el rostro masculino.
-Pero algún día lo estarás – Le aseguro, mientras enmarcaba su rostro – Y prometerás darme la primera oportunidad de ganar tu corazón a mi ¿Si? – Le pidió con emoción, Anny asintió… aun inconsciente de la magnitud de la promesa.
Pero se lo debía, además muy dentro de si creía que él haría que su día a día fuera diferente, en aquellos días lo hizo, realmente sonriera sincera con sus comentarios… aquel primero, esa mañana luego de haberla dejado en el hotel junto a sus “Amigos”
-¿Qué fue… niño o niña? – La mujer rio aun adormilada, y desde esa mañana no se volvieron a separar, él la recogía en el trabajo, la llevaba a la Universidad y hasta le ayudaba con ideas para sus nuevos escritos, él fue lo que ella realmente necesitaba en ese transcurrir de días, donde sus amigas o, al menos una de ellas, la habían prácticamente abandonado…
***
Era noche, pero fue el único espacio que encontraron libre para poder ir a visitarlos, quedaron de ir juntas porque asi Mai lo pidió, el camino fue una constante tensión, donde la mujer de ojos azules buscaba la frase perfecta para comenzar una conversación, frases que no se escucharon en el auto… y, la otra mujer, dispuesta a seguir con su actitud… sin importarle nada; sin ella misma entender su reacción… de pronto, al verlo llorar cada día, al notar su actitud distraída la cual le indicaba que no dejaba pensar en ella, era cuando reafirmaba que al final, Anahi era la que estaba lastimando aun mas en esa relación.
Hubo días donde sintió que estaba traicionando, sus propios ideales de mujer, sus propios principios como amiga, pero olvidaba aquel sentimiento, cuando recordaba que aquel fuerte hombre, que daba lastima por los pasillos, no era otro que su hermano, su sangre… su ídolo; todos lo habían intentando, con palabras, con demostraciones y hasta Poncho que no tardaba en recordarle que su amiga, que Anny… solo fue victima de su debilidad, ella le recordaba que solo fue un beso y él atacaba.
-¿Y si el que hubiera sido fuera Ucker? – Siempre sus discusiones sobre Anny, terminaban de aquella manera; él comprendía con solo verla el sufrimiento que estaba viviendo su pequeña, por partida doble… además de haberse alejado de él, también se sentía obligada a alejarse de sus amigos; y acercarse a él… lleno de ira trataba de hacerle comprender a una terca Dul.
-¡Por fin llegaron! – Exclamo emocionado Chris, al abrirles la puerta y casi pasar de largo, antes de cerrar la puerta tras si, les dio las gracias; Dul y Anny compartieron una mirada luego de varias semanas, una confundida mirada al no comprender la reacción de su amigo, la conexión se detuvo cuando sintieron los pasos de Mai, acompañados por constantes llantos.
-Perdón por la actitud de Chris – Murmuro con voz cansada, Dul y Anny la miraron un poco confundidas, mientras la mujer bajaba el ultimo escalón, ambas se acercaron rápidamente a saludarla y tratar de ver al bebe, que apoyaba su endeble cabecita en el hombro de su mama.
-¿Qué le paso? – Cuestiono Dul, Mai lo miro como si fuera algo obvio, luego le dirigió una mirada al bulloso bebe que aun no se calmaba, y ambas jovencitas, comprendieron.
-¿Ya se termino el padre feliz, de hace dos meses? – Ahora pregunto Anny, con una sonrisa solidaria; Mai rio exhausta pero sincera, al final negó con la cabeza.
-No, es mas creo que los turnos nocturnos que alguna vez le toco tomar, cuando apenas comenzaba en Hospitales, le sirven ahora para levantarse a cargar al bebe cuando llora… - Murmuro despacio, mientras mecía sus brazos de un lado a otro, acunando al bebe – Pero, con el trabajo y las desveladas, esta prácticamente muerto, yo lo comprendo… al menos, yo duermo cuando este pequeñito duerme y, cuando Chris llega – termino… ambas se asustaron, eran de las que amaron de pequeñas la idea de ser madres, las que se rehusaban a serlo tan pequeñas pero que aun lo anhelaban… pero, ver la situación real… de desvelos y cansancios, no era definitivamente un buen impulso a decidir dar el paso.
-Lo sentimos – Murmuraron en conjunto, las dos sonrieron cómplices para luego, Anny recibir una incomoda mirada por parte de Dul, mirada que no paso desapercibida por parte de Mai.
-Deja toda esa tontería, por favor Dulce María ¡Madura de una vez! – Exclamo directa, sin previo aviso aterrándolas a ambas, mas aun a la aludida que al final se sintió ofendida, mirándola con un poco de irritación, decidió saber el por qué de la impulsiva reacción de su amiga.
-Y a ti, ¿Qué te pasa, por qué me tratas asi? – La cuestiono en tono mordaz, Mai no se inmuto por la fiereza con la que la miraba Herrera, no obstante Anny quiso salir de allí, previendo una gran discusión.
-Tu no te muevas de ahí – Le indico Mai, al señalarla con uno de sus dedos, Anny volvió a sentarse en el sillón contiguo, observando la escena… - Mira Dul, madura… tu hermano tiene TREINTA Y UNO, no tres… no uno, tiene Treinta y uno, compréndelo… asúmelo, y deja de ser tan cuida, Anny no le hizo nada… no le hace nada…
-Mai – Trato de detenerla Anahi, tomo su brazo y al sentir el rápido movimiento que esta hizo para zafársela, supo que estaba realmente enfadada – No tienes porque defenderme…
-Tengo que – Le aseguro sincera, Dul se sorprendió por la creciente furia de su amiga – Anahi, escúchalo… a mi también me duele que no hayas perdonado a Poncho, me enerva verlo tan triste cuando viene a visitarme, pero… - Tomo aire, mientras intentaba bajar su tono de voz, al notar la incomodidad naciente, nuevamente del bebe - ¿Qué pretendes que haga Anny, Dul? – Ahora la interrogo directamente, Dul bajo la mirada pero aun asi, no estaba dispuesta a dar el brazo a torcer – Habla, Dulce María… - insistió – Te aseguro que ustedes están mal – las señalo – Por eso pedí que vinieran juntas, por eso insistía en que estaba completamente ocupada los otros días, pero esto – señalo la separación que existía entre los cuerpos de las otras dos, al señalar exactamente el lugar, donde cabrían perfectamente juntas – Esto ya es absurdo, son amigas o ¿no?
Ninguna supo que decir, el primer sollozo se escucho por parte de Anny, no sabia que hacer, como reaccionar… pero las palabras de Mai, le habían llegado tan hondo; que sin entenderlo comprendió la herida y el dolor que le causaba Dulce.
No estaba preparada para empezar otra batalla, para asistir a otro campo de guerra, donde ahora estuviera en juego la amistad, fuerte y envidiable de la que se regodeo tanto tiempo… prefirió por aquellos 8 semanas siempre darle su tiempo, esperar a que ella se diera cuenta que ella misma solo quería seguir con su vida, aceptar que el lado de ella era junto a su Hermano.
-Ella comenzó a salir con Tomas – Escucho a su espalda, Anny se volteo rápidamente para poder ser testigo de la gesticulación y reacción de las otras dos mujer, Mai rápidamente la volteo a mirar y ella, al tiempo lo negó profundamente – No mientras Anahi – Exclamo irónica – Salen todos los días, te recoge y, además como si no se vieran a toda hora, hablan por teléfono…
-Somos solo amigos – La risa que salió por los labios de Dul, incrédula e hiriente, termino por dañar las esperanzas de Anny, dolida la miro antes de bajar la mirada y dejar salir, aquella primera lagrima.
-Los amigos no se besan – Le recordó directa “¡Nosotros no nos hemos besado!” insistió rápidamente Anny, sus estruendosas e irónicas risas de Dul, retumbaron en el lugar… acaparando la atención del pequeño bebe que la miraba un poco atemorizado, Mai lo abrazo con fuerza, estupefacta por lo que escuchaba.
-Yo los vi besándose hace un par de semanas… - le recordó, Anny bajo la mirada apenada.
-¿Es verdad eso? – Quiso saber Mai, un poco decepcionada, Anny asintió… - ¿Por qué lo hiciste? – Le pregunto, ofendida.
-Él me beso – Y tu bien dejada, la interrumpió Dul – Pero yo le pedí que fuéramos amigos, que no estaba lista… - fue sincera, Mai asintió creyéndole de verdad.
-No te creo… - afirmo con tal seriedad y fiereza, que Anny se hastió, se canso… furico se levanto de la silla, tomo su bolso, dispuesta a irse…
-Si no me crees esta bien – grito, ahora el bebe lo miraba aterrada a ella, aun sin pronunciar un tan si quiera llanto – Si lo bese, me beso… nos besamos, en fin ¿Qué tiene de malo? – Le exclamo con dolor – Yo no tengo nada con nadie, a menos que al momento de decir si a Poncho, le haya dicho si a toda la familia – trato de respirar, Dul la miraba con sus ojos llorosos también – Sabes Dul – comenzó a señalarla – yo amo a Alfonso, lo amo con todo mi corazón, pero no puedo… NO PUEDO – lloraba a mares – NO PUEDO PERDONARLO, ME DUELE EN EL ALMA NO PODER HACERLO, PERO… - las lagrimas impidieron que siguiera – Si crees que por eso, - inhalo con fuerza – que por eso, nosotras no podemos ser amigas… ¡Esta bien, lo acepto! – levanto los brazos al cielo, rendida – Adiós – Su caminar, fue rápido y sin pausa, en solo segundos estaba de nuevo en la puerta por la que en menos de una hora había entrado, las volteo a ver por ultima vez y aunque vio una lagrima solitaria en Dul, siguió.
-Perdóname – Susurro, Anny ya se había ido.
Dul comenzó a llorar, con fuerza y dolor, de repente toda la realidad de las cosas cayeron sobre si, no sabia como reaccionar, pero algo le indicaba que había arruinado todo, fue casi letal el dolor, de ser la culpable de perder, a una de las amigas mas preciadas de su vida.
***
¿Cómo pasa el tiempo? Se preguntaban todos allí, se reunían nuevamente para el cumple años de la abuela Herrera, todos felices cantando aquella emblemática canción “Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy por ser tu cumple años te las cantamos asi…” en el rostro de cada uno, estaba tatuada una sonrisa, de profundo cariño y, aunque en algunos el brillo de esta no llegaba a sus ojos, intentaban demostrar que todo estaba bien.
-Ahora tienes que pedir un deseo – Murmuro Cristina, la mujer se inclino sobre la torta no sin antes dirigirles una significativa mirada, al trió de ya no amigos… “Alfonso, Dul y Anny”, estos sonrieron incómodos, aunque los dos primeros se miraron entre si, Anny mantuvo su posición austera.
-Bueno – Comenzó la viejita – No sirve de nada pedirlos, si no haces algo para que se cumplan – Aseguro la mujer, que comenzaba a mover alrededor de la mesa, para asi acercarse a la pareja – Deseo un beso de ustedes – Sentencio con una sonrisa, Anny se sonrojo mientras escuchaba las carcajadas histéricas de Alfonso, de fondo los murmullos libres de los demás.
-Nana, no – Aseguro Alfonso, al notar la negativa de Anny.
-Si, ya estoy vieja y quiero ver que tu estas con una buena mujer y, para mi, mi Anny es la mejor – Comenzó, con aquella psicología que parecía le impartían a cada persona de edad, Anny la miro enternecida y completamente convencida, por ella y sus propias ganas, aparto a Alfonso un paso al costado.
-No lo hagas si no quieres hacerlo – Le pidió Alfonso, ansioso; Anny sonrió.
-Ya parece línea aprendida – Le termino por decir, en el mismo tono pausado, impidiendo que los demás los escucharan, ambos sonrieron, sin darse cuenta quien daba el primer paso, se acercaron íntimamente, Alfonso levanto ambas manos para enmarcar el pequeño rostro y luego, con su nariz, recorrer el bosquejo de la cara de la mujer, cada borde, cada partecita… haciendo que el pequeño cuerpo, temblara al mismo ritmo, que su respiración desacompasada.
El acerco primero sus hambrientos labios a los de Anny, capturándolos con fiereza y ternura, conectando nuevamente cada fibra, siendo ellos… se abrazaron con amor y se entregaron inconscientes a aquel contacto, se sentían y, eso era lo único importante.
O, al menos lo había sido, en aquellos constantes encuentro que se suscitaron en los últimos meses, se besaban demostrándose amor y se alejaban con alguna palabra, simple e hiriente que lo mandaba a años luz, de aquel intimo encuentro.
3 meses después.
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