7 mar 2010

WN: 31 y 19 - Cap28


Capitulo 28 
"Aprovechando"

No pudieron decir mucho…realmente, no pudieron decir nada, sus cuerpos armónicos y entregados no se movieron de nuevo, las sonrisas quedaron tatuadas en sus rostros, hasta quedarse dormidos… era mejor asi, una palabra o un movimiento en falso, les hubiera podido cambiar la calma que sus almas guardaron durante aquellas horas de sueño, el abrazo que sus cuerpos desnudos compartieron, fue tan perfecto como conciliador, estar juntos… era, lo que realmente soñaban ambos.
Pero la noche no es perpetua.
Sintió como Alfonso, la movió hacia a un lado para salir de la cama, como se movió alrededor de la habitación y, como al final se había sentado para verla dormir, el nudo en la garganta fue casi letal, tener que aguantar que aquel mar de sentimientos saliera, fue casi como una batalla… una batalla perdida; no duro mucho, Alfonso se inclino para besar su mejilla y luego dirigirse a quien sabe donde.
Mientras Anny observaba la puerta, aquella sonrisa y paz que sintió durante las ultimas horas, se esfumo… sintió como caía en aquel hoyo sin fondo, hundiéndose en su propia maraña de principios rotos al haberse acostado con Alfonso.
De las miles de veces que soñó con aquel momento, ninguna había terminado de esa forma… esta bien, ninguna tuvo un principio y un momento tan glorioso, como lo fue en realidad, siempre se imagino lo mágico y, hasta lo rico que podría ser probar sus labios mientras sus cuerpos desnudos se conocían, se lo imagino como un momento hermoso para compartirlo con él, solo con él… porque era su novio y lo amaba, pero ahora al estar entre aquellas sabanas, que fueron al final las únicas testigos de aquella noche… todo caía sobre su cabeza como un balde de agua fría, fue unico, especial, divertido, apasionado…pero, sobre todo una clara muestra de la importancia que tenia aquel hombre en su propia vida.
Si, definitivamente estaba en problemas.
Poncho, era el amor de su vida; lo admitió en el mismo momento en que su cuerpo comenzó a sentir asco por si mismo, por sus propias reacciones, por su estúpida debilidad al caer en los brazos de Herrera, al haber escuchado la propuesta que el pronuncio de aquella perfecta manera y… zarandeo su cabeza, asustada por aquella ardiente sensación que cruzo su cuerpo, por no poder dejar de pensar en la forma en como se habían mirado… se habían amado.
Pero, también estaba Tomas – coloco sus manos fuertemente sobre su cabeza, intentando lastimarse… suplicando por borrar aquella tormenta de pensamientos, que le repetían lo poco mujer que era, su propia hipocresía y aquella marca que ya tenia, porque si… su mente se lo gritaba, era una…
Anny – Su voz la distrajo por un momento, estaba allí, apoyando su esculpido cuerpo en el marco de la puerta, observándola con ojos devoradores y una sonrisa compradora, que causo estragos en el cuerpo femenino… en sus manos llevaba un par de vasos llenos de zumo de naranja, Anny supo a donde se había ido.
-No te acerques, por favor… no lo hagas – Pidió con tanto ahincó que Poncho se detuvo fuertemente, Anny cuadro su cuerpo, abrazando sus rodillas… al momento en que se cubría toda con aquella sabana… - Por favor… tienes que irte – Le aseguro Anahi, Poncho negó con la cabeza, antes de colocar aquellos vasos en un tocador que se encontraba en la habitación y acercarse a Anny.
Intento tomar su mano.
Le dolio tanto tener que separar aquella mano que la buscaba, soltar la mano y soltarlo a él, soltar a la persona que le había enseñado a volar, que le había indicado el camino para no perderse; comenzó a llorar… en silencio, escondiendo su cabeza entre sus propias rodillas, Poncho la miraba confundido, no esperaba una reacción de libertad total, pero tampoco esperaba que Anny, se desmoronara frente a él…
¿Acaso había hecho algo mal?
Poncho volvió a tomar las manos de Anny, besando una y otra vez sus palmas, el beso era cálido y, aunque no quería admitirlo la tranquilizaba, le daba verdad; pero su fortaleza se había ido por el drenaje, en el mismo momento que ella tiro sus propios principios, burlándose de su pasado…
-Alfonso – levanto su mirada, sin importarle que aquellas lagrimas no dejaran de caer – Te tienes que ir.
-No – Dijo firme, se acerco un poco mas y, aunque Anny quiso separarse el espaldar de la cama, la retuvo allí, en el mismo lugar, cerca a Alfonso – Pasamos una mágica noche, no quiero que termine…
-Tu solo pediste una noche – Continuo ella, ahora sin mirarlo… aquella frase le destrozo todo a Poncho, no lo iba a negar; realmente el rechazo que ella proclamaba le dolía en todo si… pero tenia que ser fuerte y soportar – Y esa noche ya se acabo, la luz del día entra por donde lo veas trayendo consigo la realidad – un sollozo rompió la armonía con la que hablaba.
-No significo nada para ti ¿Eso es lo que me quieres decir? – Su voz herida, corto aun mas su corazón, sentía como cada una de aquellas estrellas que alcanzo a su lado, caían al suelo y se rompían, que sus pedacitos cortaban con mas fuerza todo su cuerpo, casi matándola…
¿Cómo decirle que lo amaba tanto?
-Exacto fue sola una noche – Murmuro escondida en aquella manta blanca – Y si, significo algo – Casi se delato, al final decidió usarlo para alejarlo por completo… para que este diera un paso atrás y la dejara sin mas, sabría que lo perdería para siempre, pero ni él se merecía a una mujer como ella, con tanta hipocresía… -Significo no quedarme con las ganas…eso fue lo que significo – Algo en su propio cuerpo le indico el dolor que expresaba Alfonso, aun sin necesidad observarlo.
El encuentro intimo, se convierte en tragedia… cuando sus vidas no están listas para afrontar lo que se viene…
No resistió mucho mas, al escuchar el dolido sollozo que salió casi reticente de los labios de Poncho, la marco por dentro… la tatuó para siempre y, sin saberlo como ya se encontraba en los brazos de él, se tiro sobre su cuerpo con fuerza, para no dejarlo ir… para poder encontrar alguna explicación a lo que sentía, el por qué de haber pasado de lo mas glorioso, aquella noche se convertía en algo prohibido.
Poncho la acerco con fuerza a su cuerpo, sentirla le daba fuerzas otra vez, no entendía sus palabras, no quería comprenderlas porque realmente lo herían; pero aquella reacción lo contrariaba de una forma indescriptible…
La tenia en brazos.
-Ahora soy yo la que no merece tanto – suspiro fuerte, tomando fuerza para observarlo… su rostro demostraba su propio dolor y aunque aquella la mataba, debía seguir – Poncho, soy una hipócrita… tu solo besas a Karina – Comento ya sin dolor – Fue solo un beso pero yo, - su cuerpo lloro – yo permití que besaras todo mi cuerpo, quise que besaras todo mi cuerpo y desee besar el tuyo… yo lo engañe, yo traicione lo que él me dio… y en serio él menos que nadie se merece esto – Sentencio con dolor, Poncho asintió con profunda envidia; aun en aquellos momentos ella no podía dejar de pensar en él, en lo que la debilidad por amarlo, la había arrinconado hacer… acaricio su espalda, buscando consolarla desviar todos sus pensamientos…
-Soy una Perra – Dijo ella con toda sinceridad, asi era como se sentía… una vil mujer que pasa sobre los sentimientos de los demás, sobre sus propios sentimientos, si antes creía que no valía nada al creer que Poncho la había engañado por no ser suficiente, ahora lo confirmaba como mujer no valía nada, como persona aun menos… traiciono su propia palabra.
La reacción de Poncho la sorprendió, paso de estar apresada en aquel cálido brazo, a estar sostenida en el aire, por aquel fuerte apretón que Poncho le daba, temblaba nerviosa al comprender la ira que estaba tatuada en las facciones del hombre.
-¡NO LO VUELVAS A DECIR, ANAHI… TE LO PROHÍBO! – grito enfurecido, Anny lo mira con ojos como platos, sorprendiéndose aun por su reacción - ¡TU NO ERES NINGUNA PERRA, ERES LA MUJER MAS MARAVILLOSA DEL MUNDO, LO ERES… RECUÉRDALO, NO HAY MEJOR MUJER QUE TU! – Le recordó con tanto amor, con tanto ahincó… que pese aquella sensación de bienestar, de amor que percibió su cuerpo, también hubo una mayor, aquel propio asco, no se merecía aquel amor que el hombre le profesaba.
Cayo rendida en el suelo, al lado de sus pies.
-Poncho, piensa un poco mas – Le pidió, mirando sus pies desnudos, reprimiéndose por mirar aquellos ojos que le daban vida – Yo, yo no te perdone por un simple beso y ahora, ahora engaño a alguien de la peor forma – sollozo con dolor – Y no solo por haberme acostado contigo si no por Amarte y no amarlo a él – Aquellas ultimas palabras tiraron de Poncho, cayendo de la misma forma al suelo, rendido se paso una cansada mano por la cabeza, comprendía la decepción que sentía Anny por si misma pero, ella lo había hecho por amor.
-¿Me amas? – Fue su infantil pregunta, su voz demostró la emoción que sentía, la ansiedad que su corazón vivía por escuchar aquellas dos palabras en boca de Anahi, necesitaba escucharlo para confirmar todas aquellas cosas que sintió con sus caricias, sus besos… su todo.
-Oh Poncho, ¿Acaso no escuchaste lo demás? – Lo reto sorprendida, Poncho movió su cabeza restándole importancia a lo demás, se situó frente a ella, tomando su rostro, mirándola a los ojos fijamente… no quería perder detalle.
-¿Me amas? – Volvió a preguntar, con una emoción inigualable, Anny sonrió enternecida.
-Te amo… te amo como a nadie, te amo… - Dijo en susurros sobre sus labios, lagrimas salieron de sus ojos de él.
-Yo también te amo, te amo con nunca ame, te amo… - Contesto en gritos haciendo conocedor a todas aquellas cosas que los rodeaban…
Se miraron, se sonrieron… con mas confusión.
-¿Por qué no le terminas? – Quiso saber, mientras besaba una y otra vez sus labios.
-Le di mi palabra… - Fue su escueta respuesta, al tiempo que rompía aquellos besos, dejando a su paso una amarga sensación.
-Las palabras pueden cambiar… ¿No? –Anny asintió.
-Pero no puedo… Poncho entiéndelo, no pienso lastimarlo…
-¿Lo amas? – Pregunto con una emoción diferente.
-Oh, Alfonso ¡Por Dios! Acabo de decirte que te amo ¿Cómo lo amaría a él? – Continuo entre regaños, Poncho encogió sus hombros como un niño inocente.
-Solo quería confirmar – Hizo un mohín con sus labios, Anny se rio, su propia risa sonó extraña para sus oídos, era real pero su voz ronca no la abandonaba, como aquella decepción que aumentaba.
-No confirmes tanto Poncho – Dijo después de que él paro sus risas, con un tierno beso – Esto – los señalo a ambos – Tiene que terminar, nosotros no nos merecemos algo asi, pero sobre todo él no.
-¡Deja de pensar en él! – Le pidió a gritos, Anny guardo silencio, sin saber que decir; lo comprendía perfectamente, pero también comprendía a su mente que no dejaba de pensar en Tomas, aquel hombre se había comportado de la mejor manera posible, fue sincero, divertido, buen amigo y, sobre todo paciente; él se merecía la oportunidad que le había dado, aunque ella fuera a medias – O dime ¿Qué piensas hacer? Vas a estar con él, aun cuando tu cuerpo tiembla por mis besos, porque tu cuerpo aun arde al recordar lo que acabo de pasar y – apunto con un dedo – te aseguro que no lo olvidara fácilmente, ni tu cuerpo, ni tu terca cabeza pero, sobre todo… mi aliado, tu corazón.
Silencio.
-Dime algo… - Anny volvió a esconder la cabeza entre las manos – Dime que me amas – Le pidió… tratando de levantar su rostro suavemente, suspiro exhausto – No puedo creer que todo acabe aquí… - murmuro de repente, segundos después de una estúpida espera porque Anny dijera algo – No puedo y no pienso aceptarlo, porque si para ti esta es mi ultima oportunidad para estar contigo, yo pienso aprovecharlo – Sentencio antes de alzarla en vilo y depositarla nuevamente en la cama, Anny lo miro suplicante pero él hizo caso omiso, solo escucharía lo que sus corazones gritaban.
Anny sonrió, era lo unico que podía hacer, disfrutando aquellos besos sutiles que enmarcaban todo su rostro, pasando de sus cerrados parpados, su nariz y caer nuevamente a sus labios, donde ambos se demostraban en una caricia intima el amor que sentían; acariciando sin tregua, Anny también estaba dispuesta aprovechar las horas que les quedaban, porque pese a que aun la vida no fuera un cuento de hadas, ella se sentía una entre sus brazos.
Una hada entre sus fuertes brazos. 

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