Capitulo 31
"Te voy a Quemar"
La dejaron sola, aun siendo presentes en cuerpo, su alma sintió aquella soledad que percibió por primera vez, la noche que vio que Poncho besaba a otra que no fuera ella, allí hace tantos días atrás se sintió como una estúpida que engañaban y ahora al estar sentada junto a él, percibiendo que la calidez de su cuerpo se evaporaba del mismo modo, que aquella suave caricia que le propicio todo el tiempo en la piel descubierta de su estomago, se sentía como la peor mujer por saber que pese a quererlo, algo le impedía luchar por lo que sentía.
Se levanto despacio, alargando el momento en que todo se rompiera, entre ella y él… los volteo a ver por última vez antes de salir, esta vez todos lo miraban a él…
El camino de bajada fue tan corto y amargo, como nunca lo experimento antes ante un encuentro con aquel hombre, que al verla sonrió; de una forma tan sincera y pasional que rompió todo, un poco mas.
-Hola – Murmuro despacio, mientras abría sus brazos y le indicaba a Anny que quería tenerla allí, esta dios tres pasos dubitativos hacia él, hacia su cuerpo; para al final terminar tal y como él lo esperaba, sintiendo como ella lo había esperado…
“Heridas Silenciadas”
-Hola – Respondió segundos después, rompiendo la quietud del lugar con su escueta palabra y el reprimido sollozo que salió después; Anny bajo la mirada rápidamente, recibiendo cada una de las palabras que su propia consciencia le gritaba y ella, TENIA que escuchar.
-Al final si me lo esperaba… - Susurro, rompiendo con la calma que persistió durante segundos, donde ella no era capaz de verlo, donde ella intentaba crear una coraza invisible y seguir como lo había hecho antes, arriesgando nada y ganándolo a él, porque era un buen hombre – cuantas veces mas se lo debía de repetir – cuestiono su cuerpo rápidamente, sin tregua le recordó cada momento demostrándolo no lo buen hombre que era él, si no la mala mujer en la que se había convertido ella… porque era verdad, aun amando a otro, le brindo oportunidades a esa persona que la amo, sin esperar nada a cambio.
-¿A que te refieres? – Se animo a preguntar, esperando cualquier cosa… preparándose para lo que no sabia que vendría.
***
-¿Estas seguro, Bro? – Lo cuestiono esta vez Ucker, después de escuchar lo que sintió como un argumento que se resigno aceptar, todos lo miraron expectantes pero, sobre todo dispuesto a aceptar cualquier decisión que viniera por parte de él.
Poncho levanto su mirada, por segunda vez desde que Anny había salido por aquella puerta, haciéndolo aceptar que la perdió; los miro a todos pero sobre todo tatuó aquella conexión que persistía entre los cuerpos de sus parejas, que aun al no estar pensando en ellos, se acercaban… por el simple hecho de que se necesitaban del mismo modo en que sus almas se amaban.
Envidia.
Pura y real, aquel sentimiento era inconfundible y, sobre todo vergonzante, froto su rostro con las palmas de sus manos, deseando quitarse aquella imagen, donde él sustituía a cualquiera de sus amigos, y estaba de aquel lado, abrazando al amor, impidiendo que se fuera.
-Estoy seguro – Murmuro, sintiendo su voz como de otra persona, siendo mas consciente de lo que vivió, no solo las ultimas horas de desenfreno, si no también los últimos días, de una ausencia palpable y abrumadora, perdió tanto tiempo para poder admitir lo que hoy hacia – esta tarde fue la ultima vez, para lo que siento por ella y, para lo que ambos nos empeñamos en resucitar – sentencio agonizante, al tiempo que se levantaba lentamente, Dul imito el movimiento, siguiéndolo.
Poncho la volteo a ver, sus ojos eran su propio reflejo, conoció la comprensión que había en la mirada de su hermana y ella, reconoció nuevamente el dolor que estaba tatuado, no solo en su mirada si no en todas sus tristes facciones, al tiempo dieron un paso que los desencontró, ella intento abrazarlo, sostenerlo en sus delgados brazos como tantas veces él lo hizo años atrás, llevar su cabeza a su pecho y recordarle lo grande que era y lo mucho que valía, como él tantas veces lo hizo… pero no se dejo, Poncho dio un paso atrás, sabiendo las intensiones de su hermana, comenzó a negar una y otra vez, con movimientos cansados y una voz trémula que lastimaba a todos.
-Dulce – esta vez fue la voz de Christopher que la detuvo, volteo a verlo fugazmente, pero por los segundos suficientes para entender lo que intentaba decirle, al solo musitar su nombre, lo tenia que dejar ser, no volver a caer a lo mismo en lo que cayo sin paracaídas meses atrás, esta era su batalla, contra el desamor, contra Anny… contra lo que fuera que fuera… pero era de él, no de ella o de ninguno de los que estaban atrás, observando.
Dul se alejo de él, sentándose de nuevo junto a Ucker, Poncho aun los observaba, tal vez creyendo que por ultima vez, haciéndoles sentir aquello… Chris se levanto rápidamente y se dirigió hacia Poncho, llevándolo con fuerza hacia uno de los estantes de madera tallada, que bordeaban el lugar, tomo una de las fotografías y se la entrego a Poncho.
-No te dejes caer mas, ese es el amigo que conocemos, que nos ayudo infinidad de veces a todos – Comenzó diciendo, señalando en la foto donde estaba él “Poncho” – Y ahí, a tu lado esta Anny, tu sabes que ella siempre va a estar… no te hundas en algo que no tiene profundidad y ustedes se empeñan en crear, las cosas ya estaban escritas, pero también existe la posibilidad de tachar y volver a escribir – Apretó sus hombros – Vete ya – Termino por decir, permitiéndole a Poncho la libertad de escapar, de darse un tiempo… un simple respiro.
…Y la respiración se corta.
Bajo despacio, tratando de no verlos pero llevando consigo a su cuerpo traicionero que lo guiaba solamente hacia allí, acercando y creando aquello que se impedía a ver… pero lo veía.
Se besaban, Anny tenia sus brazos hacia los costados aun sin abrazarlo, pero pese a eso se dejaba besar, dejaba que él la abrazara, que la acariciara… su cuerpo quiso vomitar, sacar todo lo que sentía adentro, poder botar tan fácilmente lo que sentía, pero sobre todo lo que sintió aquellos días, sin saber que la perdía… otra vez la perdía.
Camino ágilmente hacia el estacionamiento, con avidez abrió la puerta de su coche y, mientras entraba se juro no volver…
…Y ya no vale el respirar.
***
Cada escalón que subía, era un sentir extraño, de repente la carga era liviana… tomo una decisión y aunque extraña la asumiría toda la vida o, al menos eso esperaba, era lo mejor.
-Que bueno que volviste – Comenzó a decir Dul, aun sin ver quien entraba, todos murmuraron un “Anny” que le indico a la mujer, que no era quien ella esperaba, Anny trato de sonreírle a todos, a cada una de las personas que estaban allí, observándola con algo extraño en su mirada, volteo a ver a Dul por primera vez, antes de observar nuevamente el grupo que estaba reunido, dándose cuenta que faltaba alguien… que faltaba él.
-¿Dónde esta? – Le pregunto directamente a Dulce, esta trato de sonreír para dejar atrás la tensión que se acumulo en su garganta.
-Pues acá no esta – Murmuro con una fingida burla que Anny ignoro… “¿Dónde esta?” volvió a preguntar Anny, Dul la volteo a ver, tratando de saber el por qué del interés de la mujer – Se acaba de ir, hace como diez minutos – Termino por decir, el gesto de sorpresa y angustia que tatuaron las facciones de Anny, causo intriga en todos…
…Y aunque lo sigues necesitando.
“No… no… no…no…no” –Murmuro una y otra vez, mientras daba vueltas por el lugar, todos estaban entre risas y confusión observándola, no supieron en que momento termino de hablar Anny, pues ya estaban sin ella…
-¿Esta loca? – Pregunto Chris, queriendo aligerar la carga que al final termino quedando entre ellos cuatro, que sin estar inmiscuidos, se sentían parte de.
-Están locos… - Sentenciaron todos…
“Es tan duro aceptar, no me imagine que te podía perder, que aquella tarde fue la última vez, que entre mis brazos te podía tener”
“Siempre estarás en cada luna en cada sol, sigues latiendo aquí en mi corazón, a donde habrás dejado nuestro amor siempre estaré en cada luna en cada sol, yo todavía guardo una ilusión, déjame explicarte que paso”
***
¿Cuántas veces más estaría lamentándose allí? Se pregunto por enésima vez Poncho, mientras movía su apesadumbrado cuerpo en el sillón, aquel lugar había sido el rincón donde decidió hundirse en tantas cosas, en el que tomo decisiones equivocadas y certeras a lo largo del tiempo que estuvo con Anny, aun sin estarlo.
“Te voy a quemar” – le murmuro al sillón, mientras acariciaba uno de sus brazos, notando como se hundía en el lugar justo donde el apoyaba su cabeza siempre, por largas horas y durante estúpidos meses – “De pronto por tu culpa es que nada se arregla” – Continuo con su discurso, que se dirigía a un objetivo no viviente, pero que lo había ayudado a vivir – “No digo que me quiera librar de ti ¿Sabes?” – suspiro, antes de recostarse nuevamente en él, dirigir su mirada al techo y resignarse a no olvidarla.
El tiempo pasaba lentamente y pese al saber que no había transcurrido mucho, su cuerpo se sentía ajeno a muchas cosas, a la realidad que le había explotado en el rostro, a la irrealidad que quiso vivir cegado por el amor y las curvas de esa mujer, pero al estar allí, en la oscuridad de su hogar que dejo de serlo para convertirse en algo de cemento, frio y desolado… no podía dejar de pensar en aquella única persona que no se iba, aun cuando todo desaparecía.
… Y como un Karma te llevo.
Era una carga liviana que comenzaba a pesar, era exhausto llevar a cuestas el amor que sentía pero, sobre todo sentir que no había mas por hacer…
… Y cuando las decisiones hablan por si solas.
-Hola – Murmuro sonriente, cuando por fin Poncho abrió esa puerta y se dejo ver, la expresión de su rostro era tal y como la esperaba, no quería detenerse en pensar lo que estuviera pasando por la mente de él, no había tiempo.
… Y el tiempo no existe.
-¿Por qué te fuiste? – Pregunto nerviosa, al recibir de él solo silencio y una larga mirada que trataba de descubrir la razón por la que ella estaba ahí, dubitativa trato de acercarse al cuerpo masculino, abrazarlo y sostenerlo cerca, nuevamente él dio un paso atrás.
-¿Por qué estas acá? – La cuestiono ahora él, no quería que su presencia destruyera lo que había construido en aquellos cortos minutos, que al final no habían formado ni un par de horas, necesitaba tenerla lejos al menos ahora, al principio… procuraba su propio espacio para poder volver a respirar, sentir que aquel aire era propio, que la carga se liberaba… y que volvía a ser su propio dueño, de él y de su tiempo.
-Poncho, tengo algo que decirte – Dijo, segura de que era el momento… Poncho poso uno de sus largos dedos, sobre los labios secos de la mujer, su garganta estaba seca por el nerviosismo de decirle la verdad a él.
Tenia que ser el momento.
-No quiero escucharlo, se que me vas a decir – Sentencio duramente, deteniendo la oportunidad que ella creía se habían ganado para poder hablar, aclarar las cosas y, poder ahora si seguir adelante… esta sonrió, intentando nuevamente acercarse a él, creyendo que si este sabia exactamente lo que ella quería decir, la abrazaría y serian ellos dos, por una vez mas.
-Espera – la retuvo con una de sus manos, cayendo toda su detención en el pecho de la mujer, ambos vibraron por el simple rose – No te acerques, no quiero escucharte… yo – trato de sonreír, con un pesar enorme en sus ojos – ya lo entendí, tal vez si lo hubiera entendido meses atrás no me sentiría tan mal o me hubiera sentido peor, realmente no lo se… no quiero pensar en ello – suspiro resignado – Anahi, nos hemos hecho tanto daño sin quererlo que por fin lo he entendido, nuestro tiempo juntos termino, lo acabamos ambos.
Una lagrima solitaria, cruzo sus rostros, rompiendo las palabras, dañando el reencuentro que soñaron tendrían… alguna vez.
-Tu estas con Tomas – continuo diciendo, llevándola a ella hacia la puerta de salida, de la cual solo se separaron un par de metros – Y espero que con él todo pueda estar bien, sin errores estúpidos que generen un caos.
-Espera… -Trato de decir.
-Ya no puedo esperar mas… - sonrió, demostrando su sentir – Adiós a todo lo que dijimos sentir…Adiós Anahi. – Termino por decir, segundos antes de inclinarse y besar la frente de la mujer, tirar de ella parar sacarla de su apartamento, cerrar la puerta en su rostro y dejarla atrás… sin mirar nuevamente aquella puerta cerrada él se dirigió a su habitación…
***
No podía creerlo, aquella puerta cerrada era el indicio de que todo había terminado sin creerlo, dejando atrás las cosquillas que ella sintió tontamente durante el recorrido a su encuentro… al encuentro de las palabras justas que preparo, o que mas bien eran las únicas y suficientes para que estuvieran bien… pero él tomo una decisión y ella no era quien para cambiarla.
-Termine con Tomas – Murmuro, para ella y para esa persona que no la escuchaba, solo para dejar de sentir que no lo dijo, para dejar de sentir que ella había dejado escapar aquella ULTIMA oportunidad…
… Y en el encuentro de la verdad, nosotros nos desencontramos.
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